El mountain bike –y todo lo que vino después- apareció en su vida por un grupo de amigos aficionados a las ruedas gordas. El contexto de pandemia, allá por 2020, le dio el empujoncito que necesitaba animarse a un ciclismo diferente pero igual de apasionante. Así fue como Nicolás Tivani, el multicampeón de la ruta, descubrió una habilidad especial en otro terreno y se convirtió en una especie de “cuco” de los experimentados de la montaña.
“Me insistían con que compre una bici y lo hice. De apoco le empecé a agarrar el gustito, me empezó a gustar. Después aparecieron las competencias. La verdad es un ambiente diferente a lo que estoy acostumbrado”, comentó el joven pocitano, integrante del equipo Continental Agrupación Virgen de Fátima.
Su compinche en esta nueva aventura fue su hermano Gerardo, también compañero en el equipo piquetero. Con él empezó a disputar sus primeras carreras en una superficie casi desconocida, que terminaron costándole caídas y lesiones. En la edición 2020 de la Pocito x2 sufrió dos fisuras en la costilla. Ese accidente casi lo baja de la disciplina.
“Sabía que no era mi disciplina, lo hacía para complementar a la ruta. Una vez le dije a Gerardo ´no vaya a ser que pierda todo lo que he venido trabajando por el capricho de competir en MTB`. Por eso después lo tomé con más calma, no hubo más caídas y los buenos resultados fueron apareciendo”, sostuvo el protagonista.
Después tuvo revancha en su tierra y la posibilidad de correr fuera de su provincia. Eso fue después de consagrarse campeón de la Temporada de Ruta 2020-2021. Como complemento y preparación para el próximo gran objetivo, que es la Vuelta de San Juan, Tivani le apuntó fuerte a las ruedas gordas. En este contexto apareció el Desafío al Valle de Río Pinto, la competencia más convocante de Sudamérica.
La competencia convocó a más de 5 mil ciclistas y tuvo epicentro en La Cumbre, localidad de la provincia de Córdoba, sobre un trazado de 85 kilómetros. Tivani tenía pensando participar como “gregario” del Team Trek, imaginando el altísimo nivel de competencia y los candidatos que tenía enfrente. No estaba en sus planes –ni en el del resto- subirse al podio. “Fue un poco loco. Fue una victoria que no me lo esperaba. Los chicos quedaron sorprendidos por cómo había manejado toda la competencia”, comentó Tivani.
En los metros finales, el ciclista pocitano sacó chapa de embalador y se impuso frente al experimentado entrerriano Gabriel Soto. Un triunfo épico. “Le pude ganar por casi nada, pero se logró la victoria que era lo que importaba. Creo que nadie se esperaba que yo le pudiera ganar a él, incluso él estaba sorprendido; me felicitó. A mí me favoreció que en el final había llegado con más fuerza, él mermó un poco. Unos pianitos me jugaron en contra, pero cuando agarré tierra firme me afiancé a la bici y pude ganar”.
Para Tivani Río Pinto fue su último desafío del año en el MTB, porque el próximo fin de semana arranca el calendario rutero. No descarta retomar a futuro, porque hay apoyo de la Agrupación Virgen de Fátima en su nueva afición, pero ahora le apunta todo a la Vuelta a San Juan 2022. Está en un buen momento y quiere aprovecharlo. “Después de mucho trabajo uno va sintiendo las sensaciones que esperaba. Me estoy sintiendo muy bien. Ahora debo enfocarme en la ruta, en la contrarreloj, que la he mejorado mucho respecto a años anteriores. Esas pruebas definen la Vuelta y quiero hacer un buen papel. Hay que seguirle metiendo”.
Fuente: Tiempo de San Juan.